Alcachofa, remedios y trucos



Venerada por los antiguos griegos y romanos y consumida ya desde el siglo IV antes de Cristo, lo cierto es que el origen de su cultivo no está muy claro. Cuenta una antigua leyenda que las alcachofas son doncellas que le han dado “calabazas” a un dios. La verdad es que, tras su duro corazón, esta sana verdura tiene un corazón suave y muy, muy tierno. ¡Toda una delicia para el paladar más exigente! Pero sus virtudes no son únicamente gastronómicas.
 

La dieta de la alcachofa no es un invento reciente. Ya nuestras abuelas las utilizaban para poner en cintura esos kilitos de más. Y es que esta verdura es muy baja en calorías y, además, tiene la virtud de eliminar fácilmente las grasas del organismo y combatir la retención de líquidos. Todas estas circunstancias hacen que la alcachofa sea uno de los alimentos adelgazantes más eficaces que existen. Tan solo tienes que seguir esta dieta durante tres días a la semana (el resto de días sigue una dieta equilibrada y sin excesos):
-         Desayuno: leche o yogur desnatado. Pan integral con queso y jamón cocido bajo en grasa o cereales integrales ecológicos.
-         Media mañana: una infusión de alcachofa (dos o tres hojas no muy duras de alcachofa cruda por taza) con una cucharadita de miel.
-         Comida: parrillada de verduras con alcachofas. Pescado o pollo a la plancha o al horno. Una pieza de fruta.
-         Media tarde: yogur desnatado. Infusión de alcachofa.
-         Cena: Alcachofas hervidas o al vapor. Queso fresco o tortilla francesa. Una pieza de fruta.

La alcachofa, como la mayoría de alimentos amargos, resulta muy eficaz para combatir los problemas relacionados con el hígado y la bilis. Si es precisamente éste tu punto débil, no dudes en tomar esta sopa dos o tres veces a la semana. Te ayudará a sentirte mejor.
-         Ingredientes: cinco alcachofas y un litro de agua.
-         Preparación: 1) Corta los rabos y las hojas duras de las alcachofas. 2) Límpialas bien y córtalas a cuartos. 3) Hiérvelas durante veinte minutos. 4) Toma el caldo y las alcachofas bien calientes.

Esta planta estimula la secreción de bilis y contribuye a que no se formen cálculos. Especialmente indicada para trastornos digestivos de origen hepático, por su actuación como desintoxicante, y también para tratar y recuperarse de la hepatitis, cirrosis hepática e ictericia. Favorece la regeneración de las células hepáticas dañadas por intoxicaciones o consumo excesivo de alcohol. Estimula el apetito en personas anoréxicas. Elimina los dolores estomacales e intestinales. Muy útil para los diabéticos, ya que tiene la capacidad de reducir los niveles de azúcar en la sangre, y también los de colesterol. Actúa como diurético eficaz, apto para disminuir la presión arterial en personas hipertensas, eliminar toxinas, prevenir la gota, infecciones urinarias y edemas.

Los estudiantes deberían saber que las modestas alcachofas son también un alimento muy recomendable para aumentar el rendimiento intelectual de los más jóvenes de la casa. Las abuelas decían que, en época de exámenes, no había nada mejor que comer alcachofas en abundancia para rendir al máximo y sacar unas notas brillantes.

Es una planta que, según las dolencias, combina muy bien con otras plantas como cardo mariano, caléndula, genciana, angélica, boldo, hinojo, ajenjo, anís verde, menta, diente de león o pasiflora.

Precauciones: Las personas que padezcan hipertensión acusada o cardiopatías, deben consultar a un médico antes de usar esta planta.

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