Laurel, remedios y trucos
Con sus hojas se coronaban los emperadores de Roma y se uncía a los vencedores de contiendas y torneos. En la Grecia clásica, las hojas de laurel simbolizaban el éxito, el honor, el poder y la gloria, e igual servían para decorar capiteles como para coronar a los artistas. Este gran arbusto de corteza gris oscura y hojas lanceoladas sigue siendo hoy en día el rey, ocupando un lugar muy destacado en la despensa por su inconfundible aroma y sus cualidades medicinales. Desde la Antigüedad se la ha considerado una planta protectora que ampara y previene a quien la posee de enfermedades e infortunios. Las hojas de laurel, además de dar un sabor inconfundible a los escabeches y guisos, ayudan a digerir los platos pesados. Las expertas abuelas recomendaban tomar infusiones de laurel después de comer para evitar la hinchazón abdominal, la formación de gases, espasmos intestinales o acidez estomacal. La infusión de laurel se prepara echando cuatro hojas de laurel en medio litro de agua...