Estrés oxidativo
Con frecuencia los médicos son interrogados por los pacientes sobre el estrés oxidativo, siendo las respuestas más influidas por la mercadotecnia que por el conocimiento exacto y a conciencia de los aspectos bioquímicos y fisiológicos relacionados con el estrés oxidativo y sus determinantes: los radicales libres y los antioxidantes.
El oxígeno es un elemento crucial para nuestra vida, ya que por medio de la respiración, e impulsado por la actividad del corazón, es enviado a través de la sangre a las diferentes células para generar entre otras cosas, energía en la mitocondria posibilitando el funcionamiento normal del cuerpo, desde actividades como pensar, digerir los alimentos, formar proteínas, subir una escalera o hacer una maratón. Desafortunadamente, este oxígeno que nos da vida, también nos va oxidando poco a poco, envejeciéndonos debido a que en ese proceso también se generan productos de desecho, como los radicales libres, ocasionando daño a nivel celular, especialmente sobre las membranas celulares y el ADN.
Fumar, una alta carga de estrés, inhalar humos producto de la polución ambiental, la radiación, practicar deporte, especialmente de larga duración y/o intensidad, etc, también forman radicales libres, ya que a medida que producimos más energía, más radicales libres se generan.
Para ello, tenemos defensas naturales: las enzimas antioxidantes, que reparan esos daños, pero que pueden ser sobrepasados, sobreviniendo en muchos casos la enfermedad, desde tumores, consecuencia de la destrucción de genes específicos que no permiten su formación, infartos cardiacos, por oxidación de las grasas en los vasos sanguíneos favoreciendo que las placas de colesterol se vuelvan inestables y al romperse generen un trombo, enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, Alzheimer o en artritis reumatoide.
Explicado esto, podemos establecer que estrés oxidativo es el balance entre la producción de radicales libres y los sistemas de defensa que luchan contra estos.
El oxígeno es un elemento crucial para nuestra vida, ya que por medio de la respiración, e impulsado por la actividad del corazón, es enviado a través de la sangre a las diferentes células para generar entre otras cosas, energía en la mitocondria posibilitando el funcionamiento normal del cuerpo, desde actividades como pensar, digerir los alimentos, formar proteínas, subir una escalera o hacer una maratón. Desafortunadamente, este oxígeno que nos da vida, también nos va oxidando poco a poco, envejeciéndonos debido a que en ese proceso también se generan productos de desecho, como los radicales libres, ocasionando daño a nivel celular, especialmente sobre las membranas celulares y el ADN.
Fumar, una alta carga de estrés, inhalar humos producto de la polución ambiental, la radiación, practicar deporte, especialmente de larga duración y/o intensidad, etc, también forman radicales libres, ya que a medida que producimos más energía, más radicales libres se generan.
Para ello, tenemos defensas naturales: las enzimas antioxidantes, que reparan esos daños, pero que pueden ser sobrepasados, sobreviniendo en muchos casos la enfermedad, desde tumores, consecuencia de la destrucción de genes específicos que no permiten su formación, infartos cardiacos, por oxidación de las grasas en los vasos sanguíneos favoreciendo que las placas de colesterol se vuelvan inestables y al romperse generen un trombo, enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, Alzheimer o en artritis reumatoide.
Explicado esto, podemos establecer que estrés oxidativo es el balance entre la producción de radicales libres y los sistemas de defensa que luchan contra estos.
2 productos ricos en antioxidantes
para combatir los radicales libres:
Hialunova y Noxinova
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