Cinco consejos para calmar y aliviar la piel seca durante los meses fríos

El clima frío, los niveles de humedad bajos y el viento son factores que realmente pueden resecar y dañar su piel, especialmente cuando se utiliza calefacción en los hogares o lugares de trabajo. ¿Cómo se puede aliviar la sequedad y ayudar a mantener la piel húmeda y sana durante los meses más fríos del año? 
¡Hidratar más! 
Se debería utilizar una crema hidratante, en base de aceite. El aceite crea una capa protectora sobre la piel que hace que se retenga más humedad que una crema a base dé agua ó loción. Al elegir una cre­ma hidratante, lo mejor es optar por productos de cuidado de la piel natu­rales o nutrir la piel con aceites pu­ros, como almendras, aguacate, coco, jojoba... Se recomienda leer siempre la etiqueta de ingredientes ya que al­gunos conservantes pueden causar problemas en muchas personas. 
Proteja su piel cuando salga. 
Es importante proteger su piel, incluso en un día nublado o con nieve. La nieve es un re­flector. Use un protector solar natural y bálsamo para los labios ya que pue­den secarse fácilmente, causando la­bios agrietados. Se recomienda llevar una bufanda o guantes para ayudar a prevenir labios y manos agrietadas. 
Evite las duchas o baños muy calientes. 
El agua caliente remueve los aceites naturales de la piel más rápidamente que el agua fría. Es por esto que las duchas de­ben limitarse a cinco minutos, utili­zando agua tibia en lugar de caliente. Un baño tibio con avena ayuda a ali­viar las molestias de una piel seca. Después del lavado, es imprescindi­ble la hidratación de la piel con algún aceite. 
Beba más agua o infusiones para prevenir la deshidratación. 
La piel es, a menudo, el reflejo externo de nuestro interior. Para mantener el cuerpo hidra­tado el agua es el elemento fundamen­tal. Sin embargo, el alcohol, cafeína y otras bebidas deben evitarse. Tomar té de hierbas y consumir alimentos ricos en agua como frutas, verduras, caldos y sopas pueden ayudamos mucho. 
Consuma alimentos ricos en omega 3 y vitamina D.
Los ácidos grasos esenciales (omega-3 y omega-6) son los más importantes. Estas grasas saludables ayudan a retener los acei­tes naturales en sus células y mante­ner la piel bien hidratada. El omega-3 se encuentra en pesca­dos de agua fría, así como en los acei­tes vegetales poliinsaturados, como el aceite de lino. Debido a los posibles niveles de mercurio y la toxicidad en pescados, se recomienda complemen­tar la dieta con buenos aceites vegeta­les o semillas de chía o cáñamo. Las personas con niveles más bajos de vitamina D tienen menor humedad media en la piel. La piel se compone de una capa especial diseñada para convertir, a través de la radicación ultravioleta B del sol en vitamina D, la falta de sol en in­vierno puede tener un impacto sus­tancial en la sequedad de la piel. Po­cos alimentos contienen cantidades significativas de vitamina D de for­ma natural. Las mejores fuentes son el salmón y la caballa. 
No sobrecalentar su hogar ni su oficina.
No se debe mantener una temperatura elevada mediante calefactores. El uso de un humidificador es una buena op­ción, especialmente en el dormitorio, para mantener la piel hidratada duran­te el sueño.

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