Valeriana
Ya
la usaban los griegos por sus efectos medicinales y los romanos como calmante.
En la Edad Media servía como remedio para combatir la epilepsia. Valere, en latín, significa estar bien
de salud. Según algunos autores este podría ser el origen de su nombre. Su
penetrante olor atrae a los gatos por lo que también se la conoce por hierba de
los gatos.
Existen estudios que han demostrado que la valeriana, Valeriana officinalis, ejerce su acción calmante
sobre el sistema nervioso central. Puede inducir el sueño sin provocar sensación
de somnolencia a la mañana siguiente. Se la considera una planta relajante y
sedante suave del sistema nervioso, utilizada como calmante de los nervios y
reductora de agitación nerviosa.
Se presenta en infusión o decocción, hasta tres tazas
al día, en tintura, polvo, pastillas, extracto fluido, jugo de raíz fresca,
aceite esencial o deccoción para baño. Combina muy bien con otras plantas
calmantes como pasiflora, melisa, hipérico, amapola, lúpulo, manzanilla, espino
albar, olivo, anís estrellado, anís verde, etc…
No se recomienda el uso de la valeriana junto a
sedantes o tranquilizantes farmacológicos sin supervisión médica, ni junto a
excitantes como la cafeína o teína. También se desaconseja su uso para
embarazadas, lactantes y niños menores de 3 años.
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