¡Defiende tu cuerpo!
Nuestro organismo dispone de un complejo sistema de defensa frente a agresiones externas e internas llamado sistema inmunitario. Constituido por células, órganos y tejidos perfectamente intercomunicados y coordinados entre sí, que crean un eficaz sistema para luchar contra virus, hongos o bacterias y prevenir posibles infecciones.
El sistema inmunitario dispone de distintos mecanismos para conseguir su objetivo: Un sistema de barreras físicas, cuya función principal es impedir que los agentes dañinos entren en el cuerpo, constituido por la piel y las mucosas junto a la saliva, las lágrimas, el moco… Y una respuesta activa frente al agresor una vez que ha penetrado en nuestro organismo. Esta respuesta puede ser: rápida, general e inespecífica, tratando a todos los agresores de la misma manera. Se trata de la inmunidad innata. No tiene memoria de los encuentros. Las células que intervienen son: monocitos, macrófagos, neutrófilos, eosinófilos, un tipo de linfocitos llamados células NK (“Natural Killer”)…
La inmunidad adquirida o específica es un sistema más complejo y eficaz con capacidad para aprender, adaptarse y recordar: entra en contacto con los microorganismos y reconoce moléculas de su superficie, los antígenos; los memoriza y los recuerda para la siguiente vez que entra en contacto con ellos, atacándolos de una forma dirigida y específica.
Las células responsables son los linfocitos B y T.
Los linfocitos B son las células especializadas en la producción de anticuerpos o inmunoglobulinas (Ig): receptores de su membrana que reconocen al antígeno del invasor. Las Ig que se crean al entrar en contacto con el antígeno son las Ig M y son las primeras que se pueden detectar, indicando que se trata de una infección aguda. Mientras que las Ig G son anticuerpos de recuerdo y aportan protección más a largo plazo. Los linfocitos T son las células programadas para reconocer antígenos, responder a ellos y recordarlos.
La inmunidad adquirida o específica es un sistema más complejo y eficaz con capacidad para aprender, adaptarse y recordar: entra en contacto con los microorganismos y reconoce moléculas de su superficie, los antígenos; los memoriza y los recuerda para la siguiente vez que entra en contacto con ellos, atacándolos de una forma dirigida y específica.
Las células responsables son los linfocitos B y T.
Los linfocitos B son las células especializadas en la producción de anticuerpos o inmunoglobulinas (Ig): receptores de su membrana que reconocen al antígeno del invasor. Las Ig que se crean al entrar en contacto con el antígeno son las Ig M y son las primeras que se pueden detectar, indicando que se trata de una infección aguda. Mientras que las Ig G son anticuerpos de recuerdo y aportan protección más a largo plazo. Los linfocitos T son las células programadas para reconocer antígenos, responder a ellos y recordarlos.
Defenmune
Lactoferrina + Hongo Chaga + Té Verde + Quercetina + Fermentos + Vitaminas + Zinc
INGREDIENTES ACTIVOS
Lactoferrina
Retención del hierro libre impidiendo
que esté disponible para los microorganismos
Hongo Chaga
Acción inmunomoduladora
Té Verde
Ayuda a regular la producción de anticuerpos
Fermentos
Refuerzo de la microbiota y
su función de barrera
Vitaminas y Zinc
Contribuyen al funcionamiento
normal del sistema inmunitario
Quercetina
Acción sobre los virus y la inflamación
Precauciones:
No se recomienda su consumo durante el embarazo, ni durante la lactancia, ni por niños.
No tome este complemento alimenticio si es alérgico o intolerante a alguno de sus ingredientes.
No se recomienda en caso de enfermedades autoinmunes, ni en personas en tratamiento con inmunosupresores.
Separe la toma de Defenmune de la toma de medicamentos, al menos 1 hora.
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