Los nutrientes antioxidantes
Queda todavía mucho por descubrir sobre las
propiedades de los distintos antioxidantes, pero todo indica que aquellos que
también son nutrientes esenciales son probablemente los más eficaces.
Vitamina E.
Es una sustancia soluble en grasas que previene la destrucción de las membranas
celulares e inhibe la oxidación del colesterol LDL (un proceso que aumenta sus
efectos nocivos sobre las arterias). Por eso desempeña un papel preventivo de
las enfermedades cardiovasculares y del infarto de miocardio en concreto. La
dosis diaria recomendada es de 15 mg. Que pueden obtenerse de los aceites de
primera presión en frío (en especial de germen de trigo), de los aguacates y
de los frutos secos.
Vitamina C.
Es soluble en agua y constituye la primera línea de defensa antioxidante en el
plasma sanguíneo. Es un protector poderoso contra el daño que los radicales
libres causan en las membranas celulares. Resulta esencial para la producción
de colágeno, la sustancia que forma los tejidos conjuntivos del cuerpo (huesos,
cartílagos, tendones, ligamentos), y estimula el sistema inmunitario. Posee la
capacidad de regenerar el tocoferol (vitamina E) que se ha consumido o no se
ha activado. La dosis diaria recomendada es de 60- 90 mg y abunda en los
cítricos, el kiwi, la papaya, el pimiento rojo, el brécol, la col rizada, la
lombarda, el melón cantalupo, la coliflor, el boniato o la fresa.
Betacaroteno.
Es un pigmento que da color amarillo o naranja a muchos alimentos como el
boniato, el mango, la zanahoria, el albaricoque y la calabaza. En el cuerpo se
transforma en vitamina A y, de manera similar a las vitaminas C y E, fortalece
el sistema inmunitario y protege las membranas celulares.
Licopeno.
Aporta rojos intensos o rosas brillantes a tomates, uvas, sandías, papayas y
guayabas. Los estudios epidemiológicos muestran que las dietas ricas en
licopeno protegen frente a las enfermedades de corazón y algunos tipos de
cáncer, en particular los de próstata y boca.
Luteína y zeaxantina. Son carotenoides amarillo-verdosos que se encuentran
en espinacas, berzas y coliflores. Los antioxidantes de todas estas hortalizas
actúan como escudos protectores de la retina frente al ataque de agentes
nocivos. Así previenen las cataratas y la degeneración macular, causas
evitables de ceguera.
Los compuestos
polifenólicos fueron descubiertos en 1930 por el premio Nobel Albert Szent-György,
que también descubrió la vitamina C. Desde entonces se han identificado más de
cinco mil polifenoles o flavonoides. Muestran una gran actividad antioxidante
en tubo de ensayo y en el cuerpo producen una gran diversidad de efectos.
Muchos explican los efectos que se atribuyen a ciertos alimentos vegetales.
Actualmente se sabe que a menudo colaboran con el sistema inmunitario, regulan
el crecimiento celular, intervienen en el transporte de hormonas, participan en
la asimilación de nutrientes y en los procesos de auto-desintoxicación.
Indoles.
Presentes en las hortalizas de color verde pertenecientes a la familia de las
crucíferas (coles de Bruselas, brécol, nabos...), inhiben el desarrollo de
tumores gracias en parte a sus cualidades antioxidantes. Este tipo de verduras
contienen también altas concentraciones de fibra, vitamina C, selenio y ácido
fólico, una vitamina del grupo B que en dosis suficiente previene los infartos
cardíacos y los nacimientos con malformaciones del sistema nervioso.
Quercitina.
De color amarillo-verdoso, presente en manzanas, brécol, cerezas, uvas, col
lombarda y sobre todo en las cebollas. Los ensayos muestran que previene los
cánceres en pecho, piel, ovarios, pulmones y vesícula. También reduce el riesgo
de sufrir enfermedades cardiovasculares, combate las alergias y alivia el
asma. Las presentaciones en forma de suplemento suelen contener otros dos
flavonoides, ratina y hesperidina, porque parece que su acción se complementa.
Galato de apigalocatequina. Es uno de los polifenoles más potentes. Se encuentra en
el té verde y se han descubierto efectos protectores antes las enfermedades de
Parkinson, Alzheimer y artritis reumatoide. Una hipótesis afirma que la incidencia
de estas enfermedades degenerativas y otras es menor en Asia debido a que muchos
adultos beben más de un litro diario.
Curcumina.
Es también un polifenol que confiere color amarillo a la cúrcuma, principal
ingrediente de la mezcla india de especias y curry. Este pigmento ha sido
utilizado por la medicina ayurvédica desde hace cuatro milenios y actualmente
la ciencia estudia su eficacia en el tratamiento de mielomas, cáncer de
páncreas y colon, psoriasis y Alzheimer, entre otros trastornos. Para
aprovechar todo su poder, debe consumirse junto con pimienta, pues multiplica
por veinte su absorción por parte del organismo. También aumenta su biodisponibilidad
si se toma disuelta en agua o aceite caliente.
Ácido elágico.
Se halla en las fresas y las bayas en general, los frutos secos y las granadas,
entre otros alimentos vegetales. Tiene la propiedad de proteger el material
genético, tanto de los agentes contaminantes ambientales como de los radicales
libres de origen interno. Es, por lo tanto, una sustancia anticancerígena.
Proantocianinas y antocianinas. Se hallan en los
alimentos de color azul y púrpura, como arándanos, moras o ciruelas.
Extraído de: Revista
Cuerpomente, n° 266, Junio 2014
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